Un líder es ante todo un SER HUMANO. Y como tal tiene un límite, un umbral de resistencia a la presión y al estrés. Cuando estos límites se exceden el precio que se paga es con el cuerpo y/o la mente. El costo es alto sino se sabe como canalizar broncas, enojos, miedos, ansiedades, frustraciones, injusticias, fastidios, rutina, impotencia y tantas cosas más.
Estamos cerrando el año y se presenta una gran oportunidad para limpiar “la máquina” y prepararla para un 2012 que se perfila mucho más demandante y exigente.